viernes, 14 de junio de 2013

Jardines

Todos los domingos a la mañana, desde hace dos años, vamos a la panaderia con Ivan. Queda a tres cuadras, y segun la hora a la que se levanta el, aparecemos, a veces ya estamos ahi a las 8 y media, y conseguimos pan de grasa, que es de costra crocante y muy migoso y hacen poco y solo se consigue temprano, o llegamos tipo 10, cuando el decide levantarse mas tarde y por logica, yo tambien. Siempre compro bizcochitos de grasa, son hojaldrados, creo que los mas ricos que he probado, pero quizas sea la ilusion de  haberlos comido desde chica, y facturas para la tarde. La panaderia esta hace mil años, en mi infancia mi tio tenia una casa fotografica al lado de esa panaderia, y como prueba de eso, sobre una de las paredes, hace 20 años que esta la misma foto, la de mi prima, que en ese entonces tendria un año, comiendo un sandwich de un pan riquisimo que hacian en esa epoca, el sandwich es enorme, ella lo tiene con las dos manos, esta barbara la foto, mi tio siempre saco lindas fotos, y ella es hermosa.
Este domingo, cuando volviamos, mi nene caminaba por la vereda hasta que se metio por los jardines. Ese barrio tiene jardines amplios, que en su mayoria carecen de rejas, asi que el entra y bueno, yo mucho no lo reto. A esa hora el barrio esta dormido, solitario, se escucha el canto del diariero y las pocas personas que estan afuera van a la panaderia tambien. En una de esas casas vive una pareja extremadamente cuidadosa de su jardin. El cesped impecable, siempre a la misma altura, no hay un yuyo, nada de mas, en el centro tienen un cantero de piedras con flores lilas, muy prolijo. Mi nene se metio al jardin y paso cerca de las ventanas pisando el cesped. De entre los postigos se escucho: fuera! como quien echa un perro. Y me quede helada, y llame a mi bebe, le dije: hijo veni para aca. Entonces la voz atras del postigo empezo a pedir disculpas: pense que era un perro, perdon perdon. Yo no le conteste, la verdad que me dio mucha gracia y no podia creer que alguien estuviera haciendo guardia en la ventana por si se acercaban perros, mi bebe ni se dio cuenta y nos alejabamos mientras escuchabamos las disculpas desesperadas. Muy bueno, yo se que parte de la culpa es mia, no deberia dejar que mi hijo pise cesped ajeno, pero que se yo, es parte de la calle.
A las dos horas fuimos a la plaza, y mietras jugabamos podia ver a esta pareja, el con la maquina emparejando algo que ya estaba perfecto, y ella culo para arriba sacando yuyitos.

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