martes, 7 de enero de 2014

Ficcion

Se fue el año, y aunque no hago balances, puedo decir que si me dan otro año como el 2013, firmo. Fue magnifico, en un monton de sentidos, y lo mas importante es que fui muy feliz. Solo me queda la tristeza de la muerte de la perra, despues fueron todas ganancias. Ganancias de personas, mas que nada, de gente fantastica que tengo alrededor, y mi familia, la nuclear, la central, mis dos soles. Y no puedo escribir casi, no se si es la tranquilidad que precede a la tormenta, si es estas ganas acumuladas de ficcion que se enroscan en mis dedos pero no se animan a salir, no se si son miles historias a punto de estallar, dormidas, que no dejan que ninguna palabra salga, si no son ellas mismas. A veces me parece que si sigo con esta suerte de diario nunca voy a arrancar con las historias que tengo para contar, que son muchas, y no voy a decir que esa es la meta para este año, arrancar la ficcion de una vez por todas, pero si podria ser un cuento, pequeño, que ilustre como un cuadro, para tirarme, de una vez por todas, del precipicio del que estoy colgando.

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