martes, 16 de julio de 2013

35

El domingo fue mi cumpleaños, 35 años. Lo loco es que yo sigo sintiendome muy joven, muy niña, que se yo, no me veo como una señora, cosa que sin duda a esta altura ya soy. Nos levantamos con Ivan, temprano, en ese idilio que tenemos a la mañana, cuando los dos estamos de buen humor (yo, sobre todo). Fuimos a comer a la casa de mis viejos, tenian el fuego prendido, el asado lo iba a hacer M. pero tuvo que ir a terminar algunos arreglos en la casa, asi que lo hice yo, un orgullo, me salio riquisimo, dorado por fuera y jugoso, como a mi me gusta por lo menos. Ivan se colgo comiendo salamines y queso, cuando nos descuidamos estaba haciendo una torrecita con fetas de salamines, en su platito. Hay que  tener cuidado, le gusta todo lo salado, embutidos, jamon crudo, hay que esconder todo para que no se una panzada.
Despues comimos torta galesa, de esa que hace mi papa y dura años, estaba buenisima, con pasas de uva, ciruelas higos exquisitos, nueces, almendras...
Despues volvimos a casa y pase el resto del dia vegetando, no quise festejar, es increible lo que me estresan las mudanzas, por suerte a partir de ahora no tengo que mudarme mas, puedo encerrarme en mi cueva e hibernar ahi.
M me regalo un mortero de marmol, una belleza que hace tiempo queria tener, pero quien se muda de aca para alla con un mortero? Siempre deciamos que el dia que tuviesemos nuestra casa ibamos a tener uno, y ahora lo tengo. Molimos pimienta, luego semillas de sesamo, se hizo una pasta enseguida, despues ajo, aji picante y aceite de oliva, una pastita con un aroma increible que usamos como aderezo de sandwich, quedo muy picante y nos quedo la boca prendida fuego.
Que bueno volver a escribir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario