martes, 30 de octubre de 2012

La infancia en la selva

Cuando salgo del trabajo hago siemrpe el mismo recorrido. Lo hago medio sin pensar. tengo transporte pero uso el auto porque puedo dormir media hora mas  y porque disfruto manejar, disfruto la sensacion de independencia, disfruto esos momentos de soledad, y llego un rato antes a la tarde y 20 minutos mas con mi bebe valen la pena.
En una esquina,  bastante concurrida, cuando vuelvo, hay una pareja que limpia vidrios. No es una pareja de las que estamos acostumbrados a ver en las esquinas. Tienen mas de 30 años, son muy respetuosos y ... van con sus hijos. Tienen 3 nenes de entre 2 y 6 años, que estan sentaditos contra la pared de alguna de las casas, siempre arriba de la vereda, nunca pidiendo. Estan limpitos y se quedan ahi, quietitos. La mama con la frente alta los mira cuando alguno se acerca a la calle, y enseguida vuelven a la vereda... se los ve reir, jugar entre ellos. El papa con una sonrisa amplia, sin dientes, trata con el mismo respeto a quien acepta que le limpien los vidrios como a los que no.
No creo que tenga que explicar lo que me genera esta escena. Tanta dignidad, tanto amor, tanta necesidad de una oportunidad. Tan familia los cinco. El otro dia habia comprado dos paquetres de galletitas dulces para mi bebe, y mientras que arrancaba el semaforo los llame y les di un paquete  para los nenes. No me senti mejor. me senti una mierda. Senti que con ese acto de caridad chiquito no los iba a ayudar en nada, solo lograba no sentirme culpable por tener una vida mejor. tampoco logre eso. No me senti mejor para nada.
Me quedo un dolor en el pecho el resto del dia.

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