La lluvia y los bebes

Ayer teniamos que llevar a mi nene a hacerse una placa de torax, nada grave, tiene una costilla distinta (a mi obsesivo parecer) de la otra. Cuando salimos estaba a punto de llover, pero salimos igual. A mitad de camino empezaron a caer rayos y llover bien fuerte. Conseguimos estacionamiento a media cuadra del centro medico, y ahi sali con mi nene a upa, abajo de unas gotas gordas y frias. Y ese fue el mejor momento de la tarde. Mi nene empezo a reirse, a mover los brazos, tratar de agarrar las gotas, tiraba la cabeza hacia atras para que le diera la lluvia en la cara, me miraba entusiasmado y daba pequeños grititos. Lo vio al papá a los saltos tratando de cruzar la calle y lo señalaba y se reia. A la salida (que fue instantánea, no pudimos hacer la placa porque la orden del médico estaba vencida) volvio a reir y agitar sus manitos, fue un momento muy loco, muy intenso. Y nosotros la pasamos barbaro, un orgullo que a nuestro hijo no le asuste la lluvia, al contrario, le guste. Una cosa más para disfrutar de la vida.