miércoles, 7 de agosto de 2013

Parar dos minutos y dar de nuevo

La semana pasado fui a un curso, dos días de 8 horas cada uno. La verdad es que trate de zafarme a último momento, estaba hasta las manos con el trabajo y se me había ido el entusiasmo, pero la verdad es que me alegro mucho de haber ido, estuvo muy bueno. Mas allá de lo que me cuesta quedarme sentada escuchando a los facilitadores, mi costumbre es estar del otro lado y me salgo de la vaina por hablar, ese ego enorme que grita escúchenme a mi escúchenme a mí, tengo un montón de cosas entretenidas que contar” me sirvió para parar. Con la casa venia a full, el embale hace que uno patine y eso estaba haciendo. No estoy bien de salud, pavadas, pero no logro estar al 100 %, tengo sueño todo el día, mil cosas que hacer y el tiempo que cada vez se queda más corto. Y el curso era sobre eso, sobre hábitos para personas efectivas. Al principio pensé que iba a hablar de personas exitosas, ese paradigma en el que debes ser perfecto a costa de todo, y enseguida note que bien estaba marcada la diferencia en el nombre del curso, decía personas altamente efectivas, no exitosas. Y tenía mucho enfoque en la vida privada, en lo familiar, que sinceramente es en donde más me importa no fallar en este momento, para estar bien en el trabajo hay tiempo, para recuperar a tus hijos se complica. Me sirvió escuchar las experiencias de otras personas, muy distintas a mí, con realidades de origen completamente distintas (de origen, mi realidad actual es bastante similar a su origen de clase media, hay que esperar ver pasar los años solamente para aburguesarse), pero con los mismos objetivos, los mismos problemas al encarar el día a día. Aunque la verdad me sentí mas identificada con la gente más grande, que quizás tenga 15 o 20 años más que yo, que con los más jóvenes. Los más jóvenes estaban más preocupados por la eficiencia en el trabajo, por el desarrollo de su profesión, los más grandes estaban más enfocados en la familia. Debe ser lógico, cuando aun no tenes hijos o familia, la profesión es el centro de todo, pero me pareció peligroso, tanto foco en algo puede no dejar ver lo otro que hay para vivir. En fin, lo loco es que aun no tuve tiempo de sentarme a poner en practico los 7 hábitos, ni siquiera de abrir el libro para encararlo, en realidad tenía un rato ahora y me ganaron las ganas de escribir, pero es irónico que uno no tenga tiempo de organizarse para tener más tiempo, verdad?

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