viernes, 14 de septiembre de 2012

Tropezones...

Ayer iba caminando por una de las calles internas de mi trabajo, y me tropece. Soplaba mucho el viento, Bahia es terrible en primavera, el viento es constante y fuerte y del norte, en lugares amplios cuesta caminar, como pasaba ayer. El tema es que salude a alguien, y no vi un pequeño saliente del hormigon y me tropece. No llegue a caerme, fue de esos tropezones en los que el cuerpo esta a punto de caerse pero lo vences y logras seguir caminando. Uno de esos. Claro que el papelon es increible, uno no puede salir con dignidad de semejante situacion, y el shock de adrenalina ante el pavor de caernos, (lo cual es gracioso, siendo joven no es para tanto una caida desde nuestra propia altura, creo que lo que mas duele es el orgullo)
hace que te quede el cuerpo tensionado por un rato.
Todo esto me recordo un tarde hace mas de 3 años que volvia del trabajo, todavia vivia en el centro, y volvia en una combi por lo tanto iba durmiendo a pata suelta y baje media voleada. A una cuadra del departamento me tropece con el cordon y literalmente vole hacia la calle. Quede despatarrada en la esquina de un colegio privado donde unas mamas re fashion que esperaban a sus hijos y habian tenido tiempo (y ganas) de maquillarse y pasarse la planchita y ponerse tacos, charlaban. Imaginen el cuadro que tuvieron que presenciar: vieron como una mujer con botines tipo payasos y cabello en estado dudoso se levantaba tratando de hacer como que aqui no ha pasado nada. Un bochorno. Me dolio el cuerpo tres dias y el orgullo... mas de 3 años.

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