lunes, 17 de diciembre de 2012

La banda sonora de mi vida

Ayer a la noche escuchamos Oblivion, de Piazzola. Es automática, suenan las primeras notas y suena a adoquines mojados. Puede gustarle a cualquier persona en el mundo, pero solo a los que conocemos Buenos Aires podemos sentir eso, la descripción de la melancolía. Oblivion suena a adoquines mojados, de la misma manera que el aroma de una comida puede recordarnos un momento de la infancia instantáneamente.
Mi vida tiene una banda sonora, creo que la vida de todos debe tenerla. Esta Cinema Paradiso, de Morricone, me conmovió hasta el alma cuando vi la película, y mil años después, cuando me fui a vivir con Marian, la tarareaba en mi cerebro cada vez que salia a hacer compras o a pasear, esa sensacion de plenitud, de felicidad. La Oda a la alegría, la escuchaba cuando era chica en un disco de vinilo en el tocadiscos de mi papa, tenían muchos discos pero este me fascinaba y me generaba algo en el pecho... que no entendía, años después me di cuenta que no era necesario entenderlo, solo disfrutar de ese sentimiento. Un día se cayó el disco de canto y se rompió justo en la pista de la Oda. Ahora en casa hay varias versiones en CD (todas de M) y pude escucharlo por la sinfónica en vivo y llore un rió de lágrimas saladas.
Carmina Burana de Carl Off estaba entre los discos de vinilo y hay un movimiento que siempre me puso la piel de gallina, es el mas conocido, y en el año nuevo del 2000 pude escucharlo también por la sinfónica, tocaron en la Universidad, la Avenida estaba cortada y era un mundo de gente y mientras ellos tocaban empezaron a verse fuegos artificiales sobre nuestras cabezas, magnifico, inolvidable.
Y Welcome to the jungle, de Guns, a los 11 años lo escuche sentada en el piso de la casa de una vecina que tenia un par de años mas, y me cambio la cabeza para siempre, y O que sera en brazos de mi abuela y Ahora que de Sabina y ... tantos que tendría que escribir el resto del día. Por ahora tengo Jamiroquai en el auto, y me encanta salir del trabajo y escucharlos, enseguida siento que arranca el fin de semana...
Ah, y una Suite de Bach que nunca me acuerdo cual es, y algo de Brahms....

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