jueves, 11 de septiembre de 2014

Cumpleaños

En una foto, en un aroma, en un sabor... la eternidad nos espera en los lugares menos pensados. Ayer, abuela Gilda, estuviste con nosotros en el cumpleaños de ma. Desde que empezó a cocinar el pollo con aceitunas menta y ajo que hacías, hasta cuando termino, abrió la olla y tu hijo aspiro ese aroma que hace mas de 25 años no sentia. Fue un día raro, yo estoy muy sensible a los olores, y en un momento sentí el perfume de la abuela Alma, el perfume inconfundible que tenia el departamento de Soler, con mi mama buscamos el olor por todos lados, y lo encontramos escondido atrás de un recuerdo. En el momento de las fotos mama y su hermano se sacaron una con la misma postura de otra ya vieja, aun sin encontrar, archivada en algún álbum o en esa caja fabulosa de recuerdos que atesora papa y que nos deja abrir de vez en cuando, de fiesta en fiesta. La vida me esta dando el regalo de no tener que recordar aun a mis padres, de disfrutar su abrazo, su salud, la tarta de frutas de papa, todas las comidas con las que mama nos alimento la infancia, y el privilegio de ser una adulta y poder aun recurrir a la incondicionalidad que tienen los padres de verdad. Dentro de sesenta años, con que aroma me recordaran mis hijos? Repetirán alguna de mis recetas, lograré imprimirles ese sello fantástico del recuerdo de la infancia? Mientras tanto y por las dudas, esperanzada, buscando la eternidad, cocino.

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