martes, 7 de mayo de 2013

La pizzeria del mercado

En el mercado municipal de Bahía hay una pequeña pizzeria en una esquina... es chiquita, tiene azulejos blancos desde el piso al techo, una barra en forma de L, sobre uno de los lados los ventanales dan a una callecita poco transitada, sobre el otro, a uno de los pasillos del mercado. Tiene banquetas cómodas, un elevador diminuto en el que entra una pizza, y sube hacia el segundo piso, el lugar donde ocurre la magia. Dicen que la mujer que atiende es la nuera de la original. El que cocina es el hijo... deben tener 60 años y se les nota el cansancio en la piel. Es el único lugar en Bahía que vende pizza al paso por porción. Te las sirven en plato chiquito de loza con un pedazo de papel de envolver como servilleta, botella de gaseosa chiquita de vidrio, todo es un ritual. M iba de chiquito, yo la conocí gracias a el. La pizza es gorda, alta, mucha masa, algún morrón por arriba, queso, poco tomate... el secreto es el gusto de la masa... inconfundible y siempre igual. La señora la recibe, la coloca sobre una tabla, con un cuchillo enorme va cortando las porciones, acomodando el queso que se cae, la va colocando en los platitos, les asigna su pedacito de papel, todos van avisando "yo quiero dos, tres por acá, una porción señora por favor". El sábado a la mañana fuimos. Si prestas atención ves pasar la vida de muchas personas, no es solo una pizzeria, es un lugar donde va pasando la vida, dejando huella. Había un hombre grande, con su nieto de 7, 8 años. El nene comía con una sonrisa enorme en la cara.... ese hombre estaba construyendo un pasado hermoso, e importante, para ese niño... una familia con dos nenas, un hombre solo y pensativo, nosotros, los tres, con el gordito en una banqueta tratando de comerse su porción, gente a nuestras espaldas, esperando su turno, el elevador chiquito subiendo y bajando, trayendo pizzas, tradiciones recuerdos, magia....

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