lunes, 25 de junio de 2012

Tengo esta cosa en el pecho en la garganta, este principio de angustia, con un fin de ansiedad. Me siento como presa, encerrada, falta media hora para escapar pero parece que faltara un millon de años para ver sus caras, tocar sus manos, sentirme a salvo de nuevo, salir de esta parte de la vida que a veces parece de mentira, como un chiste de mal gusto, como una prision de cristal. Llegar a la vida de verdad, con sus olores, mis recuerdos y esos ojos grises inmensos donde todo cobra sentido, hasta este pedacito de la vida que parece de  mentira.
Cada tanto me agarra, empiezo a sentir que el alambrado no esta demarcando un territorio, sino que es una suerte de enrejado, perimetro de una carcel, de la que se puede salir pero el precio es muy caro, el precio es perder la comodidad y la seguridad, volver a la deriva, a la brisa en la cara y el nudo en el estomago de no saber que pasa mañana.
 Y a veces es mas triste aun, a veces solo marco tarjeta para salir y se pierde la poesia y solo es un trabajo, al que tengo que volver mañana a las 8 AM.

No hay comentarios:

Publicar un comentario